Solemnidad de la Epifanía del Señor
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
La epifanía o manifestación del Señor como Rey esperado, Hijo de Dios y Salvador; esa esperanza, ese amor, ese cumplimiento de las promesas de Dios, ese Espíritu de Dios encarnado en el hombre, VUELVE A LA VIDA AL MUNDO (algunos Padres de la Iglesia asocian los regalos con esta manifestación oro-realeza, incienso-divinidad y mirra-pasión de Cristo).
Son tres Epifanías del Señor:
A los Reyes Magos en el Nacimiento del Niño Jesús – revelación a los paganos.
A San Juan Bautista en el Bautismo de Jesús - revelación a los judíos.
A sus discípulos en las Bodas de Caná – revelación a sus seguidores.
Estemos atentos a esas señales para llenar de vida nuestra vida y la vida de los que nos rodean. En la Palabra viva y eficaz de Dios podemos reflexionar algunas ideas para vivir esta solemnidad (Lc 2, 1-20 y Mt 2, 1-12):
La creación entera glorifica y alaba a Dios Creador, Todopoderoso y Misericordioso y provoca que le glorifiquen y alaben: la Estrella y los ángeles.
Se manifiesta a todo el mundo: A quienes le dan su “sí” a Dios, como Juan el Bautista, María, José y sus discípulos; a los magos sabios y ricos; a los pastores sencillos y vigilantes; a los soberbios y malvados como Herodes…
En un principio hay temor, pero al comprender y recibir su luz, llena de inmensa alegría la vida.
Trae paz entre los hombres de buena voluntad.
Ternura, familia, alegría, paz, alabanza, humildad, atención, obediencia, confianza, fe, esperanza, AMOR, son claves de esta solemnidad para tu vida.